2/8/09

detalles en peligro de muerte


Luchar contra la prisa es ahora para mí una prioridad. Me cuesta mucho.
Me da la fastidiosa impresión de que la prisa ya es parte de mi metabolismo.
Como todo buen ciudadano he valorado la prisa como algo positivo. En nuestra
sociedad la prisa es eficacia. Permite hacer muchas cosas en un día, y da muchas
cosas de contar en un año. Lo malo es que nunca se tiene tiempo de contar esas
cosas a nadie; y eso porque tienes prisa.
La sociedad tiene prisa. La economía, que es la que realmente manda, tiene prisa.
Siempre valora el corto plazo. Nunca el largo plazo. Está enferma de la prisa.
No puede haber tiempo que no sea productivo. Tiempo muerto es tiempo perdido.
Una pausa no sirve para nada. Sólo para perder dinero.
Hay que comer, y para comer hay que trabajar. Y la sociedad te obliga
a trabajar con prisas, si no, no le interesas. Por eso la sociedad está
destrozando todo. Y nos está llevando al caos…por prisas… y más prisas…
Nunca se para a pensar las salvajadas que comete. Porque no tiene tiempo.
Siempre entre dos aviones. Entre dos elecciones. Entre mil ofertas.
Hemos llegado a una situación de extremo peligro, porque, hoy por hoy, la prisa
puede más que la razón. La prisa es un dictador ciego. Un exterminador de todo
lo cotidiano, de todo lo que nos parece importante. Exterminador de detalles.
Asesino de los livianos placeres… carnicero de los instantes. Los mata, y los
olvida, como a millones de desaparecidos... Los detalles son algo primordial
en la vida social. Como pájaros petroleados en playas negras, hay que saber
cuidarlos y salvarlos del genocidio. Deberían ser considerados como una especie
protegida… en vías de extinción…
[...]
Tiempo libre. Para soñar sin despertador. No more anfetavida.

m. chao