10/9/09

Abuso de conciencia

Esta casa en que vivo se asemeja en todo a la mía: disposición de las
habitaciones, olor del vestíbulo, muebles, luz oblicua por la mañana,
atenuada al mediodía, solapada por la tarde; todo es igual, incluso los
senderos y los árboles del jardín, y esa vieja puerta semiderruida y los
adoquines del patio. También las horas y los minutos del tiempo que
pasa son semejantes a las horas y a los minutos de mi vida.

En el momento en que giran a mi alrededor, me digo: "Parecen de veras.
¡Cómo se asemejan a las verdaderas horas que vivo en este momento!"
Por mi parte, si bien he suprimido en mi casa cualquier superficie de

reflexión, cuando a pesar de todo el vidrio inevitable de una ventana
se empeña en devolverme mi reflejo, veo en él a alguien que se me
parece. ¡Sí, que se me parece mucho, lo reconozco! ¡Pero no se vaya
a pretender que soy yo! ¡Vamos! Todo es falso aquí. Cuando me hayan
devuelto mi casa y mi vida, entonces encontraré mi verdadero rostro.

Jean Tardieu (1903- 1995)