Cuantas palabras, cuantas nomenclaturas para un mismo desconcierto.
A veces me convenzo de que la estupidez se llama triangulo,
de que ocho por ocho es la locura, o un perro.
A veces me convenzo de que la estupidez se llama triangulo,
de que ocho por ocho es la locura, o un perro.
Julio Cortázar